Las implicancias de la injusticia social en la salud mental

Autor: Marcelo Moragas

Desde Alma Cívica consideramos fundamental enfocarnos en la salud mental tanto de los liderazgos políticos y de la ciudadanía en general, en este sentido venimos generando espacios de diálogos relacionados con el tema, como por ejemplo el Conversatorio Salud mental, política y democracia, que realizamos en conjunto con Apolitical Foundation o la reflexión de nuestra directora ejecutiva, Olga Caballero, donde pone énfasis en la importancia de promover ambientes sanos y seguros, donde todos los individuos, independientemente de su género, puedan participar y contribuir sin temor a represalias o agresiones. 

Siguiendo esta narrativa, invitamos a Marcelo Moragas, participante de la primera edición de la Academia Aprendedores Públicos, a que nos comparta su visión sobre la problemática de la salud mental en Paraguay y cómo la injusticia social y la mala gestión de las políticas públicas influye en el bienestar de todos y todas. 

Por Marcelo Moragas, Aprendedor Público – Edición 2023

Estimaciones del Capital Humano del Banco Mundial sugieren que un niño nacido en Paraguay en el año 2020 sólo alcanzaría el 53% de la productividad que podría haber alcanzado si tuviera acceso pleno a salud y educación. Este porcentaje se encuentra por lo menos 9% por debajo de los promedios regionales.

En cuanto al acceso a estabilidad laboral: según datos de la Organización Internacional del Trabajo en 2022, 7 de cada 10 paraguayos/as ocupados/as son informales.

Cerramos la introducción con la siguiente cifra brindada por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social: Menos del 1% de la población total del Paraguay obtiene un título universitario.

Estos escalofriantes datos sostienen una realidad que hoy día aqueja a toda la sociedad paraguaya, estas estadísticas están tan arraigadas a nuestra cotidianeidad que no nos percatamos del daño que nos produce tanto a nivel individual como a nivel social.

El detrimento de la salud mental de la ciudadanía paraguaya fue, es y seguirá siendo causado por la injusticia social que hoy nos tiene atados/as de pies y manos.

El ínfimo abordaje de la salud mental desde los puestos de decisión, deficientes políticas públicas, baja inversión gubernamental y la deficiente regulación pública son factores que determinan la complejidad de esta problemática. Si bien existe un abordaje social que busca enfrentar esta realidad, no posee suficiente fuerza para generar el impacto deseado.

Estos puntos no nos hacen cómplices de la situación crítica del país, simplemente reflejan que somos peones de una estructura injusta que inconscientemente nos obliga a “normalizar” hechos de gravedad de violencia social, laboral, psicológica, física y de toda índole. La injusticia social nos somete en su línea de juego.

Teóricamente sería lógico considerar que las personas que obtienen una titulación universitaria en Paraguay pese a estas situaciones adversas, podrían toparse con un amplio campo laboral a su disposición. Sin embargo, la realidad está pintada de un solo color…

Observemos los datos introductorios y reflexionemos sobre un hecho espeluznante reciente: Emilce Maíz Flecha, una joven con anhelo de cambio y crecimiento personal como muchos de nosotros, dejó argumentado irrefutablemente en su lecho de muerte esta triste realidad: Nuestra salud mental está siendo arrebatada por la injusticia social.

Esta historia pertenece a una joven oriunda de San Joaquín, Caaguazú. Joven de familia paraguaya promedio, con valores firmes, reacios a someterse a la estructura corrupta del país.

Según cuenta en su última publicación en Facebook, Emilce estaba determinada a enfrentar la vida académica-laboral con sus ideales bien puestos sobre los hombros, topándose así con desafíos complejos que la ponían en total desigualdad ante la mayoría. Se enfrentó a una estructura social sistematizada por la corrupción, por ende, se enfrentó a la falta de oportunidades para profesionales con preparación… Trabajar de manera honesta, prácticamente no era una opción sin los recursos necesarios.

La historia de Emilce refleja de manera impactante las realidades mencionadas anteriormente: la falta de reconocimiento a la educación y al esfuerzo personal, la falta de oportunidades laborales justas y la desigualdad social que socava la salud mental de la sociedad paraguaya. Emilce, como muchos otros, se vio atrapada en una lucha constante contra la injusticia social, lo que la llevó a tomar una decisión desgarradora, decisión impulsada no solo por una comprensión profunda de la realidad paraguaya, sino también por una ausencia total de garantías por parte del estado paraguayo.

Como bien lo mencionó el Dr. Dainius Pūras -principal vocero de salud de la ONU- en 2019: “La austeridad, la desigualdad y la inseguridad laboral no sólo son perjudiciales para la salud mental, también la suscitan”.

Para quienes estuvieron al tanto de la triste noticia de Emilce y no evitaron echar unas lágrimas, podrán confirmar el hecho de que como sociedad hemos normalizado este tipo de situaciones, las probabilidades de que nuevamente dejemos en el olvido esta historia y sigamos sometiéndonos a esta injusticia social, son altas.

La desigualdad de derechos y la inequidad social pueden ser comparadas (y relacionadas) con los conflictos internos que heredamos de nuestros padres. Del mismo modo en que los seres humanos pueden heredar conflictos y traumas personales, los conflictos y traumas sociales generacionales también pueden transmitirse a las próximas generaciones. Es fundamental reconocer que existen quienes eligen dar un paso al costado en la cadena generacional para evitar la repetición de la historia, buscando proteger a sus hijos y nietos de heredar esos mismos traumas. En algún momento, debemos reflexionar y plantearnos la siguiente interrogante: ¿Como miembros de esta cadena, continuaremos perpetuando el ciclo de injusticia social, o daremos el salto necesario?


Este artículo fue realizado en el marco de las clases impartidas en la Academia Aprendedores Públicos, como método de práctica y fijación del aprendizaje. 

Este artículo contiene opiniones expresadas por el autor y no necesariamente refleja las posturas o ideas oficiales de Alma Cívica. Las opiniones aquí expresadas son de carácter personal y no deben considerarse como declaraciones representativas de la posición institucional de la organización. La diversidad de perspectivas es bienvenida en nuestro espacio, y animamos a nuestra Red a expresar sus puntos de vista individuales, reconociendo que estas opiniones son atribuibles únicamente a los autores respectivos.


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Marcelo Moragas

Marcelo Moragas es Licenciado en Psicología y participó de la primera edición de la Academia Aprendedores Públicos donde por su participación y esmero recibió mención de honor.

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