Pongamos en el centro a la comunidad y sus vivencias

Alma Cívica nace en un contexto en el que se ha acrecentado la incapacidad para dialogar y construir acuerdos en torno a horizontes comunes, lo que ha llevado a que los ciudadanos se sientan desconectados de sus autoridades. Ante esto, surge la pregunta: ¿seguiremos trabajando como hasta ahora? La respuesta definitiva es no.

Javier Jáuregui, psicólogo comunitario, menciona que el modelo uno a uno, centrado en las consecuencias, está agotado y, que más que nunca, debemos considerar las localidades emergentes en cada territorio para llevar a cabo cualquier intervención o proyecto. Toma la “otredad” como algo muy romántico, tal vez, pero necesario; considerar los conocimientos, las experiencias y los deseos del otro y que en ese encuentro se pueda construir algo que sea para el beneficio de una comunidad.

Sobre todo esto nos centramos en el Encuentro Bien Común, organizado por la Academia Táva Apo y el programa Laboratorio de Ciudad, donde participaron líderes comunitarios y ciudadanos de 29 distritos de Paraguay, quiénes con entusiasmo llegaron hasta la Capital para conversar sobre algunas herramientas y metodologías innovadoras para la ideación y creación de proyectos comunitarios. 

Acción, empatía, desarrollo, compromiso, diversidad, sentido de pertenencia, participación, objetivo en común, trabajo en equipo son algunas palabras que conforman la definición de COMUNIDAD, cocreada por los participantes del encuentro, a través de una dinámica facilitada por Alicia Rivarola de la Fundación Moises Bertoni y Claudia González de la organización Enseña por Paraguay.

La comunidad se define por el accionar conjunto, en el que se involucra compromiso, respeto y unidad. Para lograrlo, resulta fundamental una buena planificación y el sentido de pertenencia, partiendo desde uno mismo y comprendiendo tanto nuestros derechos como obligaciones. Asimismo, es importante construir empatía hacia los demás, lo que permitirá la generación de vínculos basados en intereses comunes.

A la par de estos valores, los líderes y ciudadanos reflexionaron que la comunidad también gira en torno a un espacio geográfico que quizás no elegimos, pero que es parte de nuestro desarrollo integral como personas, donde nos encontramos con desacuerdos que nos invitan al debate permanente; con conflictos que nos enseñan a considerar otros puntos de vistas y con experiencias diferentes que pueden enriquecer cualquier iniciativa, pero lo que finalmente es importante, en ese camino de aprendizaje y trabajo con la comunidad, es llevar como bandera el bien común a las localidades, donde prioricemos lo colectivo y activemos el interés hacia el cambio social. 

Bajo este contexto se van dando vida a iniciativas que revitalizan espacios, generan sentido de pertenencia o incentivan a la participación como por ejemplo el proyecto Arte Barrio Obrero, impulsado por la Municipalidad de Ciudad del Este, del cual forma parte Gloria Mongelós, artista visual, directora cultural, diseñadora y líder comunitaria de la Academia Táva Apo; este trabajo nace para revalorizar, a través del arte, el primer barrio de dicha ciudad y Gloria nos cuenta que el proceso para llevar a cabo la implementación fue sumamente profundo y colaborativo, de visitas diarias, de empatía hacia los ciudadanos, de escucha permanente y de involucramiento, donde se fueron creando vínculos y generando un alto nivel de compromiso, que Jáuregui define como  “el nivel más alto al que se puede aspirar porque ahí es cuando las condiciones están dadas para el inicio de una transformación real”. 

El resultado de todo este proceso fue la alta participación de la comunidad en los talleres de formación para los artistas de la ciudad, devolverle su valor histórico al barrio e incentivar a la generación de nuevos proyectos. “Podemos ver hoy en día los resultados porque ya están saliendo otros proyectos de manos de esta comunidad. Pero, iniciar trata más de voluntad que de cualquier otra cosa; sí, es intentar y procurar que salga. Se choca mucho con las personas, pero todo se va acomodando cuando vas recabando datos, empezás a interiorizarte en el barrio y te ganas de a poquito el corazón de la gente. Ese es el mayor desafío, ganarse la confianza dentro de un barrio del que no formás parte”, finaliza diciendo nuestra líder comunitaria.

Esta y otras experiencias existen en Paraguay, donde respetar el proceso y la experiencia de cada comunidad es importante para que finalmente se forjen los vínculos y se logre la adhesión. Desde Alma Cívica estamos convencidos de que es posible trabajar poniendo en el centro a la ciudadanía y sus vivencias, involucrando a diferentes sectores y actores sociales para poner en valor esta palabra tan poderosa que es capaz de generar transformaciones reales y de gran  impacto: la comunidad.


Producción Editorial
Edición general:
Olga Caballero | Redacción: Analía López | Corrección: Patricia Mersán | Sistematización: Claudio Jara

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