Apropiación de los espacios públicos y su impacto en democracia

Autor: Analía López

Por Analía López, coordinadora de comunicaciones en Alma Cívica

Ocupar el espacio público, sobre todo, es habitarlo con sentido, transformándolo en un lugar donde la comunidad se encuentre, se proyecte y promueva una democracia íntegra. Con esta visión en mente, desde Alma Cívica, y en el marco del programa Laboratorio de Ciudad y su Concurso Fotográfico Mirada Paraguaya, impulsamos el Conversatorio Apropiación ciudadana de espacios públicos, donde hablamos, desde diferentes aristas, sobre cómo revitalizar nuestros entornos urbanos, fomentar la participación ciudadana y los desafíos que conlleva. 

El Centro Cultural del Puerto, un lugar que está renaciendo como un punto de encuentro ciudadano, fue el escenario de esta actividad. Raúl Rivarola, biólogo y Máster en bosques y medios de vida; Paola Ferraro, socióloga y artista escénica; y Evelyn Madelaire, arquitecta y Máster en gestión urbana, ofrecieron una mirada integral. Juntos reflexionamos sobre la planificación del entorno, nuestra conexión con la naturaleza y la importancia de construir espacios centrados en la gente, redescubriendo el potencial de la participación ciudadana para transformar nuestras comunidades

El espacio público y la democracia 

En un estado democrático nada está dado por hecho, incluida la apropiación de los espacios públicos. Este proceso genera una conexión entre varios actores de la sociedad promoviendo la colaboración y el trabajo en equipo. “Ese sentido de pertenencia que se crea y esa relación afectiva, es clave para la protección de espacios y su gestión responsable. Es importante entender, desde la visión de lo público, que esa gestión no tiene que ser solamente de arriba a abajo sino que también, si se dan los espacios correctos, puede ser de abajo para arriba”, comenzaba su reflexión la arquitecta Evelyn Madelaire. 

Por su parte, la socióloga Paola Ferraro, reflexiona desde una mirada social, donde considera al espacio público como un espacio democrático que permite el conflicto y la aparición de la otredad, que es como yo o no, que quiere lo que yo quiero o no. Esta sinergia que aparece permite el conflicto y por eso también el espacio público es considerado diverso. 

Así mismo, menciona que la apropiación de los espacios públicos debe ser pensada en su continuidad y en la constante participación de los actores en el tiempo. “La política cultural te dice apropiáte y a veces el espacio no está preparado o tiene toda la infraestructura, pero no tiene la gestión para su continuidad. Entonces, para mí hablar de apropiación es hablar de un proceso que pueda continuar en el tiempo y donde la participación ciudadana sea desde el comienzo, en la planificación, y luego el acompañamiento permanente en su ejecución”.

El espacio público: una necesidad biológica para la vida en comunidad

Entre las reflexiones que se plantearon, Raúl Rivarola ofreció su mirada desde la interacción entre los seres vivos y su entorno, destacando cómo los espacios públicos actúan como puentes que nos conectan no solo con la naturaleza, sino también con las demás personas. 

Además, compartió su experiencia viviendo en otras ciudades del mundo, donde la apropiación de los espacios públicos se da de manera orgánica, como una respuesta natural a las dinámicas de vida en departamentos y en entornos urbanos densos, sin necesidad de una planificación previa. Esto resalta la importancia de entender los espacios públicos como una extensión de la vida cotidiana y su rol fundamental en la construcción de comunidad. 

“Esa otredad la viví, y funciona muy bien cuando las reglas están claras y el Estado garantiza que serás respetado en lo mínimo”, señaló, refiriéndose a cómo el espacio público nos permite compartir con personas completamente diferentes, promoviendo una convivencia basada en el respeto mutuo. 

Raúl Rivarola llevó la reflexión a un plano más profundo y dinámico al comparar la dinámica entre los seres humanos y los animales en las ciudades. “El animal en cuestión en la ciudad somos nosotros, nada más y nada menos. Como plantea Desmond Morris en El zoo humano, nosotros mismos nos encerramos en estas estructuras urbanas por cuestiones socioeconómicas, sobrepoblación y un sinfín de factores. Pero estas ciudades, para ser funcionales, deben adaptarse a nuestra naturaleza y necesidades», señaló. 

En su intervención, Rivarola destacó la importancia de priorizar el diseño de espacios públicos que consideren nuestras necesidades básicas, desde las biológicas y sociobiológicas, hasta las psicológicas y emocionales. “Hoy en día, los zoológicos se diseñan engañando a los animales con entornos que simulan su hábitat natural. Nosotros, como Homo sapiens, necesitamos algo similar. Si vamos a vivir en ciudades compactas, el futuro de la humanidad, necesitamos entornos renaturalizados que conecten con nuestra esencia como mamíferos, parte de la naturaleza. Asunción tiene ese potencial de complejidad, pero son espacios abandonados y desaprovechados”. Su énfasis en la renaturalización de las ciudades planteó un llamado a diseñar entornos urbanos que respeten y fomenten nuestra relación intrínseca con la naturaleza.

La brecha clave para hacer funcionar la política pública

Entre tantas ideas que surgieron en este encuentro, hablamos de las brechas que debemos afrontar para que las políticas públicas, en torno a los espacios públicos, funcionen eficazamente.  Madelaire mencionó tres puntos claves:

  • Hacernos las preguntas correctas: Hay muchas respuestas correctas a las preguntas equivocadas. Todos los problemas vienen de dos o tres cosas que son los que realmente hay que atacar entonces. Los diagnósticos son fundamentales porque nos conducen hacia las preguntas correctas a las que debemos dar respuestas y que nos permiten agendar los desafíos. 
  • Voluntad política: Desde la gestión de lo político institucional debe existir voluntad y desde los técnicos, deben hacer el trabajo de evangelizar acerca de la importancia de lo que se quiere implementar. Es muy importante atender la agenda de lo urgente, pero sin descuidar lo importante. 
  • Liderazgos articuladores: Se necesitan líderes o autoridades políticas que reconozcan el valor y la importancia del trabajo de los técnicos, y se necesitan técnicos con cintura política para poder surfear en ese mundo que es realmente muy complicado si es que no estás empapado del folclore político partidario, que es muy diferente a lo político institucional.

Otro desafío tiene que ver con el poderoso impacto que se genera con una ciudadanía involucrada en lo político. Con su experiencia y perspectiva crítica, Ferraro nos explicó que la lucha contra la corrupción no puede limitarse a discursos abstractos; debe incluir acciones concretas y la recuperación de políticas que alguna vez funcionaron. Según Ferraro, construir poder local en el municipio no es solo un desafío comunitario, sino un paso clave para reconfigurar las dinámicas de poder en el país. En sus palabras, “el obrero que le hace frente al poder, que busca superar la corrupción, tiene que conquistar espacios políticos, porque esa es la forma de marcar la diferencia”.

Para Rivarola, la gestión del gasto público no es solo una herramienta administrativa, sino el motor esencial del desarrollo. Enfatizó la necesidad de replantear prioridades y diseñar políticas que partan de una perspectiva profundamente humana, centrada en las personas y sus necesidades reales. “Vivimos en un mundo que prioriza lo cuantitativo sobre lo cualitativo, y eso tiene que cambiar”, señaló con firmeza. En particular, destacó que en áreas como el urbanismo, es crucial implementar soluciones más sensibles, que se alineen auténticamente con las demandas y aspiraciones de las comunidades.

Este encuentro nos deja valiosas reflexiones, desde diferentes perspectivas, e inspira a quienes trabajamos en el fortalecimiento de los espacios públicos. La apropiación ciudadana no solo transforma los entornos urbanos, sino también refuerza los pilares de la democracia y empodera a la ciudadanía. Con las herramientas adecuadas y el compromiso colectivo, podemos revitalizar nuestras ciudades y construir comunidades más inclusivas y resilientes. Y vos, ¿estás listo para asumir estos desafíos? 

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Analía López

Coordinadora de comunicaciones en Alma Cívica

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