15/09/25

Habitar la Democracia: entre la erosión y la construcción colectiva

Autor: Olga Caballero

Por Olga Caballero, directora ejecutiva de Alma Cívica

Cada 15 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Democracia, instaurado en 2007 por las Naciones Unidas para reafirmar nuestro compromiso con un sistema que garantiza derechos, pluralismo y convivencia en libertad. Sin embargo, en América Latina esa fecha no pasa sin cuestionarse: la democracia muestra claros signos de desgaste. Según el Democracy Index, la región ha vivido ocho años de retroceso continuo, con un puntaje promedio que cayó de 5.79 en 2022 a 5.68 en 2023 (Latinoamérica 2). Además, solo el 48 % de los latinoamericanos declararon apoyar la democracia en 2023 (Idea International), y en el último decenio, el apoyo ha caído desde el 68 % al 58 % (Vanderbilt University). 

La desinformación digital y la polarización agravan aún más este panorama. Estudios académicos alertan que el flujo constante de noticias falsas y la manipulación informativa están fragmentando nuestra comunidad democrática (Revista de Periodismo de LatAmLac Oxford), mientras que plataformas sociales favorecen la propagación de contenido sesgado y alimentan la desconfianza (Journal of DemocracyGIGA Hamburg). 

La erosión se siente

Para muchos, no hace falta ni leer estudios: se siente en la vida diaria la erosión paulatina de la democracia. La desconfianza en las instituciones, el descrédito hacia la política, la criminalización de la protesta y la hostilidad en el debate público son señales que se vuelven palpables en nuestras comunidades. Como advierten Steven Levitsky y Daniel Ziblatt en Cómo mueren las democracias, los regímenes no suelen caer de un día para otro mediante golpes abruptos, sino que se desgastan lentamente: con reglas que se estiran hasta volverse irreconocibles, con liderazgos que normalizan el desprecio a la pluralidad y con sociedades cansadas que dejan de defender activamente lo común. Esa erosión silenciosa, más que un colapso, es lo que hoy atraviesa América Latina.

Una respuesta política y colectiva

Frente a este escenario, el 20 de septiembre en Asunción, impulsamos el encuentro “Habitar la Democracia” – Conectando con los valores democráticos. Este evento surge desde Alma Cívica junto con la Global Democracy Coalition como una respuesta urgente y un acto político: no para conmemorar por cumplir, sino para reavivar la democracia como práctica cotidiana, colectiva y transformadora.

Además, hay evidencia que demuestra que, aunque imperfecta, la democracia es el sistema que mejores resultados ha dado a lo largo de la historia: es el que más ha contribuido al progreso humano, al aumento de la esperanza de vida, a la reducción de la pobreza y a la ampliación de derechos (Amartya Sen, Development as Freedom, 1999; UNDP, Human Development Reports). Estudios comparativos confirman que los países con instituciones democráticas sólidas tienden a enfrentar mejor las crisis, proteger más los derechos humanos y generar mayor igualdad (Acemoglu & Robinson, Why Nations Fail, 2012; Przeworski, Democracy and Development, 2000).

La fecha cobra además un significado especial: al día siguiente, el 21 de septiembre, se celebra en Paraguay el Día de la Juventud, recordándonos que las nuevas generaciones son protagonistas insustituibles en la tarea de sostener y renovar la vida democrática. Promover la democracia localmente, en los barrios, municipios y comunidades, no es un gesto menor: genera confianza social, fortalece la cohesión, impulsa políticas públicas más efectivas y aumenta la legitimidad de las instituciones (Fung, Empowered Participation, 2004; UN-Habitat, 2020).

Habitar como verbo democrático

Porque habitar la democracia implica pasar de la indignación a la acción, transformar la fragmentación en comunidad y sostener que el futuro democrático se escribe desde el cuidado mutuo. Esta reflexión es una invitación a compartir una convicción: la democracia no se sostiene con protocolos o lindas palabras en grandes foros o asambleas globales, sino con presencia. Se vive en cada gesto solidario, en cada diálogo intergeneracional, en cada forma creativa de participar y resistir, en cada esfuerzo paulatino de invitar a todos y todas a participar.

Aunque la región acumule datos alarmantes, también hay razones para la esperanza: voces que siguen creyendo, colectivos que se organizan, barrios que se movilizan, redes que nutren alianzas por lo común. Habitar la Democracia es ese llamado: reunirnos entre arraigos y sueños, para reinventar la democracia desde el territorio.

Olguicaballero
Olga Caballero

Cofundadora y actual Directora Ejecutiva de Alma Cívica.

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