Cómo la participación ciudadana revitalizó la antigua estación de tren en Villarrica

Por Analia López

¿Qué pasa cuando la ciudadanía se involucra en su comunidad y se apropia de su historia? La respuesta está en el impacto positivo que genera, dando lugar a la esperanza de que trabajando por un propósito en común se puede construir mejores oportunidades, fortalecer la democracia participativa y promover el sentido de pertenencia y el tejido social. 

Todo esto es lo que inspira Villa Cívica, un grupo liderado por jóvenes de Villarrica, quienes lograron revitalizar su antigua estación de tren convirtiéndola en un Centro Cultural y Comunitario que refleja su historia y su identidad en un hermoso mural artístico; una cartelería renovada, hecha a mano y corazón por la ciudadanía; iluminación, arborización, limpiezas periódicas y un espacio utilizado para talleres, cine al aire libre y ferias.

El proyecto se denomina Sentí La Estación y Andrea, una de las lideresas de Villa Cívica, cuenta que nace a partir de una simple pregunta: ¿cómo sueño que sea mi ciudad? La decisión de centrar el proyecto en la antigua estación de tren no fue inmediata, inicialmente consideraron otras ubicaciones, como una peatonal en una doble avenida o desarrollar un lugar de juegos en los alrededores del parque Manuel Ortíz Guerrero. Sin embargo, la idea de revitalizar la estación de tren era la que generaría un impacto histórico, cultural y social enorme en la comunidad. 

Así fue que postularon al concurso ciudadano Experimentá tu Ciudad, impulsado desde el Laboratorio de Ciudad de Alma Cívica y, tras lograr la adhesión de los vecinos, quienes conformaron una Comisión Vecinal para generar mayor impacto, contaron con el apoyo total del gobierno local, que hasta lo declaró de interés municipal. Además,  recibieron respaldo de empresas del sector privado. Gracias a esto, se convirtieron en ganadores del apoyo económico ofrecido por el concurso, cuyo requisito fundamental es promover la colaboración entre la comunidad y el municipio.

 Andrea menciona que recorrieron casa por casa para presentar su idea y recolectar firmas de apoyo. «La respuesta fue abrumadoramente positiva. Los vecinos recordaban con cariño cómo era la estación en el pasado y estaban entusiasmados por verla revitalizada», comenta.

«La Estación era un lugar oscuro, sin actividades, y solo una pequeña parte del edificio era usada por la Municipalidad como secretaría del adulto mayor. El resto estaba completamente desocupado y la plaza frente a la estación estaba igual de descuidada», recuerda Yessica Paniagua, lideresa del grupo ciudadano Villa Cívica.

Un hermoso proceso que deja lecciones aprendidas

Como todo proceso, tuvieron muchísimos desafíos y aprendizajes en el camino por lo que el proyecto tardó casi un año en ser implementado en su totalidad. La burocracia fue uno de los principales obstáculos, con largos periodos de espera para obtener permisos y aprobaciones, necesarias para llevar a cabo el proyecto en un lugar como la antigua estación del tren. “Mandamos varias notas y tuvimos que insistir mucho para ser escuchados», dice Yessi.

“La meta siempre fue llegar al final del proyecto y tener el espacio revitalizado que soñábamos. Tener la oportunidad, como jóvenes de Villarrica, de hacer nuestra parte para nuestra comunidad. Nos costó mucho y sin dudas, lo haría de nuevo” mencionó Andrea emocionada.

Además, coordinar las ideas y los tiempos de un grupo diverso de personas con diferentes compromisos laborales y educativos fue otro desafío significativo. A pesar de estos obstáculos, el grupo mantuvo su motivación impulsado por la visión de transformar la estación en un espacio útil y hermoso para la comunidad.

Todo esto dejó enseñanzas, como aprender a navegar la burocracia, a comprender que cuando el trabajo es comunitario y están involucrados varios actores la clave es gestionar diferencias y mantener la paciencia en el camino. Además, la participación de todos y todas en el proceso es lo que lleva al éxito a cualquier proyecto. «Hemos visto que con perseverancia y colaboración, es posible superar grandes obstáculos y lograr un cambio real», dice Andrea.

Como mensaje final para otros ciudadanos que buscan colaborar con su comunidad dijeron que mantener la visión en el propósito es fundamental para hacerle frente a los obstáculos. “No tenemos que desistir de nuestro sueño. La perseverancia es el camino, a pesar de tener mucho trabajo para lograr el Paraguay que queremos, que soñamos, que nos merecemos, todo va a ser a partir de nuestro trabajo, del ciudadano pensante, que sea activo y que busque en realidad el bien común de su comunidad”, finalizó Andrea. 

La revitalización de la antigua estación de Villarrica no solo ha transformado un espacio físico, sino que también fortaleció el sentido de comunidad y demostró el poder del compromiso ciudadano. Este grupo de jóvenes se convierte en un modelo inspirador de cómo la colaboración entre ciudadanía, gobierno y organizaciones puede generar un impacto duradero y positivo en la sociedad.

Hoy, la pregunta sobre cómo soñaban que fuera su ciudad ya no es solo una simple reflexión; es un sueño cumplido que encontró respuesta en la colaboración, en la acción y en una ciudadanía movilizada, curiosa y comprometida.

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