Alma Cívica: La chispa que enciende la participación

Autor: Belén Rojas

En un país donde muchas veces parece que la indiferencia gana terreno, Alma Cívica es un recordatorio de que sí es posible hacer las cosas bien, de que sí vale la pena creer, formarse y actuar. En tan solo cuatro años, ha tejido una red poderosa de personas comprometidas, de jóvenes y ciudadanos que han descubierto su voz, su liderazgo y su capacidad de transformar su entorno.

Alma Cívica no es solo una organización; es una plataforma de impulso, un espacio donde las ideas se encuentran con la acción, donde la vocación de servicio se convierte en impacto real. Aquí, cada persona que se suma descubre su potencial, se desafía a sí misma y entiende que su papel en la sociedad importa.

Sus programas no solo forman ciudadanos, sino que los despiertan. Son escenarios vivos de crecimiento, donde cada participante se convierte en testigo y protagonista de su propia transformación. Son un torbellino de ideas y pasiones, una fuerza imparable que sigue sumando voluntades para fortalecer la democracia, la participación y el compromiso con el país.

Pero Alma Cívica no es solo una idea o una institución. Alma Cívica somos todos. Son todas las personas que están pendientes de sus programas, que los comparten, que hablan de este espacio y lo hacen crecer. Son quienes replican su mensaje, quienes ocupan espacios públicos, quienes se organizan y se animan a no quedarse sentados. Son aquellos que deciden construir, que se atreven a ser parte activa del país que queremos y merecemos.

Detrás de esta gran red, Alma Cívica cuenta con un equipo permanente de personas entregadas y comprometidas, cuyo amor por lo que hacen se refleja en cada iniciativa, en cada programa y en cada persona que pasa por ellos. Su pasión y entrega se sienten en el camino que transitamos juntos, en la manera en que nos inspiran a seguir adelante, a no rendirnos, a creer en la fuerza de la comunidad y en el poder de la participación.

Para mí, Alma Cívica fue la evidencia de que una sola hora de mi tiempo, a 700 km de la capital, podía marcar un antes y un después. Estar con jóvenes, aprendiendo y dialogando sobre educación cívica, me hizo ver con claridad que cada espacio de formación importa, cada conversación cuenta, cada minuto dedicado a la ciudadanía deja huella. Fue ahí donde comprendí que mi compromiso debía ir más allá, que no bastaba con querer un país mejor desde la distancia, sino que debía involucrarme, dedicar tiempo, energía y voluntad. Porque cuando uno se entrega a esta causa, no solo transforma a otros, sino que también se transforma a sí mismo.

Porque sí, las cosas se pueden hacer bien. Y con Alma Cívica, las estamos haciendo.

¿Y para vos, qué es Alma Cívica?


Este artículo contiene opiniones expresadas por el autor y no necesariamente refleja las posturas o ideas oficiales de Alma Cívica. Las opiniones aquí expresadas son de carácter personal y no deben considerarse como declaraciones representativas de la posición institucional de la organización. La diversidad de perspectivas es bienvenida en nuestro espacio, y animamos a nuestra Red a expresar sus puntos de vista individuales, reconociendo que estas opiniones son atribuibles únicamente a los autores respectivos.

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Belén Rojas

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