La organización CIVICUS presenta su emblemático Informe Anual «Estado de la Sociedad Civil», en un escenario que desafía el espacio cívico y pone en riesgo los avances en materia de derechos humanos y democracia que este sector ha venido apoyando y desarrollando en los últimos años.
Este es el decimocuarto informe presentado e identifica las tendencias en la acción de la sociedad civil en todos los niveles y ámbitos, desde las respuestas a los conflictos hasta las luchas por la democracia, la justicia climática y la inclusión. Elaborado a partir del análisis y los comentarios continuos de CIVICUS, con la información directa de las voces de la sociedad civil afectada y que responde a los principales problemas y desafíos actuales, el informe refleja cientos de entrevistas en más de 120 países y territorios. Alma Cívica fue una de las organizaciones entrevistadas para este informe, con la representación de nuestra directora ejecutiva, Olga Caballero.
Podés acceder al informe completo aquí
Entre los puntos destacados el documento aborda una alerta sobre una época de crisis que se acelera, a medida que los populistas nacionalistas desmantelan las instituciones democráticas, los líderes belicistas masacran a civiles, los multimillonarios tecnológicos y las redes sociales alimentan la desinformación, los gobiernos retroceden en sus compromisos climáticos y la igualdad de género y los derechos LGBTQI+, conquistados con tanto esfuerzo, se ven amenazados.
El Informe sobre el Estado de la Sociedad Civil 2025 también destaca cómo la sociedad civil no solo puede sobrevivir, sino prosperar ante el vacío de liderazgo a nivel internacional invirtiendo en contra narrativas, reconectando con las comunidades y movilizándose como movimientos y no de forma individual.
«Los esfuerzos para involucrar a la gente en la gobernanza, exigir responsabilidades al poder y construir coaliciones para la reforma no siempre llegan a los titulares», declaró Andrew Firmin, editor jefe de CIVICUS y coautor del informe. «Pero demuestran cómo la gente puede movilizarse para proteger la democracia». compartió.
Por otra parte se insta a tomar medidas urgentes para defender las normas democráticas y garantizar la rendición de cuentas internacional. Entre sus principales recomendaciones se encuentran:
Conflicto: Exige el fin de las transferencias de armas a autores de abusos contra los derechos humanos, la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU y un tratado sólido sobre crímenes de lesa humanidad.
Defensa de la democracia: Recomienda una acción más enérgica de la sociedad civil mediante la adopción de una mentalidad de movimiento, priorizando el cambio de narrativa para contrarrestar el autoritarismo y el populismo, y forjando mejores vínculos con las comunidades.
Reforma de la ONU: Insta a una mayor participación y compromiso de la sociedad civil, el nombramiento de un enviado de la ONU para la sociedad civil y la selección de una mujer feminista como Secretaria General de la ONU.
Justicia económica: Apoya las propuestas de tributación del patrimonio para los ultrarricos, un tratado fiscal global y la reforma de las instituciones financieras internacionales.
Acción por el clima: Exige el respeto al derecho a protestar ante la crisis climática, la financiación para facilitar la adaptación de los países de bajos ingresos y la exclusión de los grupos de presión de los combustibles fósiles de las negociaciones climáticas.
“El mundo en 2025 es un lugar peligroso”, dijo Inés Pousadela, investigadora y coautora del Informe. “Pero también vemos a activistas y comunidades valientes que llevan la antorcha de la esperanza, demostrando que un mundo más pacífico, justo, igualitario y sostenible no solo es posible, sino que ya se está construyendo a través de la sociedad civil y la acción ciudadana”.