Por Jorge Aguinagalde, participante de la Academia Aprendedores Públicos
La relación entre ciencia y política es fundamental para el desarrollo de políticas públicas efectivas y basadas en la evidencia. Sin embargo, es importante distinguir entre dos ámbitos diferentes de interacción: la política científica y la ciencia para la política. La política científica se refiere a las acciones gubernamentales destinadas a fomentar la investigación, el desarrollo y la innovación. Es esencial para brindar un apoyo sólido a la comunidad científica y promover la excelencia en la investigación. Este enfoque es crucial para impulsar el progreso científico y tecnológico en cualquier país.
Por otro lado, la ciencia para la política se refiere a la utilización de la evidencia científica para fundamentar y respaldar las decisiones políticas en todas las áreas. Esta relación implica la sistematización y organización de la evidencia científica disponible para tomar decisiones informadas y basadas en hechos concretos. Lamentablemente, en Paraguay, esta conexión entre ciencia y política ha sido prácticamente inexistente.
Es imprescindible fortalecer el vínculo entre ciencia y política para promover una cultura política que valore y comprenda la importancia de la ciencia. Esto implica fomentar una visión política que esté cerca de los avances científicos y que los tenga en cuenta al momento de tomar decisiones. Además, es esencial impulsar la actividad científica para que esté centrada en las necesidades de la sociedad.
Cuando la gestión pública se basa únicamente en opiniones y no en datos, se limita la capacidad de lidiar con los problemas reales y acuciantes que enfrenta una sociedad. La falta de fundamentación en datos empíricos puede llevar a decisiones políticas desactualizadas y contraproducentes. Por lo tanto, es necesario que científicos y políticos trabajen en conjunto para garantizar políticas públicas basadas en datos y en la realidad.
En particular, es fundamental promover esta unión en temas relacionados con la educación e investigación científica. Estas áreas son pilares clave para el desarrollo de cualquier país y deben estar respaldadas por políticas públicas basadas en datos científicos sólidos. Además, esta colaboración puede incentivar el desarrollo en estas áreas al atraer inversiones de empresas de investigación y desarrollo que se encuentran fuera del país.
En conclusión, la conexión entre ciencia y política es crucial para el desarrollo de políticas públicas efectivas y basadas en la evidencia. Es necesario promover una cultura política cercana a la ciencia y una actividad científica centrada en las necesidades de la sociedad. Solo a través de esta unión podremos enfrentar los desafíos y problemas reales que enfrentamos, y garantizar un progreso sostenible y beneficioso para todos.
Este artículo fue realizado en el marco de las clases impartidas en la Academia Aprendedores Públicos 2023 como método de práctica y fijación del aprendizaje.